jueves, 12 de febrero de 2009

Las Leyes Físicas aplicadas a la vida real

Hola

"Newton descubrió que la fuerza de atracción entre dos cuerpos depende de la cantidad de masa que contengan ambos. Cuanto mayores sean los cuerpos, más fuerza de atracción desarrollan y la 3ª Ley de Newton establece que siempre que un cuerpo ejerce una fuerza sobre un segundo cuerpo, el segundo cuerpo ejerce una fuerza sobre el primero cuya magnitud es igual, pero en dirección contraria a la primera."

"Coulomb encontró que la fuerza de atracción o repulsión entre dos cargas puntuales es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa."

Es que esta mañana recorría los pasillos del metro en uno de los transbordos que tengo que hacer cuando he tenido una revelación física. Iba yo a toda pastilla por uno de los pasillos y unos pasos más adelante marcharba una señora a su paso tranaquilo y sosegado.

Mi pensamiento ha sido: la señora va por su derecha en el pasillo (un pasillo de unos 3 metros de ancho como poco), yo voy detrás y tengo suficiente espacio a su izquiera para sobrepasarla sin molestar.

Bueno pues modifico mi trayectoria para evitar la colisión y cuando estoy a punto de rebasarla sin problemas, la señora modifica su propia trayectoria sin ningún tipo de motivo y casi me hace chocar con ella. Gracias a que he picado punteras de zapatos, torsionado las rodillas en imposible giro, balanceado la cadera con gracia y salero y ayudado por el impuslo de mis brazos, he conseguido pasarla 'por su derecha' sin causarle ningún daño.

Este hecho me ha hecho reflexionar (mientras me recomponía la camisa, la chaqueta y las rodillas) en las leyes de gravitación universal: según Newton a más masa más atracción. Según Coulomb, a menos distancia más atracción. Por lo tanto, cuanto más me acercaba a la señora ésta se sentía más impulsada a cambiar de rumbo (pese a tener una voluntad que le permitía no hacer caso a la física estándar).

Pero la reflexión va más allá: Cuando estoy en un garito y veo una titi que me mola, aplico las leyes de la física que para eso están:

1º.- aplico la ley física de Newton, la atracción depende de la masa, por lo tanto agarro todos los abrigos que puedo para aumentar la mia.

2º.- aplico la ley de Coulomb: cuanto más cerca, más atracción: realizo maniobra de aproximación hasta el máximo posible.

hasta ahí bien, pero en el momento más interesante entra en juego la 3ª ley de Newton sin haberla llamado ni nada:

3º.- se aplica la Ley de Acción-Reacción que Establece que siempre que un cuerpo ejerce una fuerza sobre un segundo cuerpo (en este caso es una aproximación alegre), el segundo cuerpo ejerce una fuerza sobre el primero cuya magnitud es igual, pero en dirección contraria a la primera, y pasa lo siguiente:

- la masa objetivo aplica la reacción: cara desagradable, lloriqueos al acompañante, gesto osbceno al uso y/o aplicación de un apéndice largo acabado en manojo de dedos que produce un sonido hueco al aplicarlo en la cara (la mia) junto a calor en la zona de aplicación y cosquilleo narcótico (sin mencionar las estrellitas y el acusado escozor).

- el acompañante (si lo hubiera) aplica su propia masa interponiéndola en la trayectoria prefijada aumentando la masa y el probema.

-la masa en aproximación (osea yo), recibe la reacción (con suerte sin perder parte de mi masa) y sale disparada en dirección a la puerta más cercana con mucha prisa (otro error, puesto que la puerta más cercana no está en precisamente en la dirección que yo llevaba inicialmente sino en otra totalmente distinta, añadiendo la dificultad de encontrarse en algún recoveco o zona angosta de difícil acceso).

Por lo tanto, teniendo en cuenta el comportamiento observado en los pasillos del metro (o en cualquier otro lugar de paso) y el comportamiento de la titi en el garito, veo que están fuera de toda regla... o se hace caso a las leyes físicas (que pa eso son leyes) o aquí falla alguna cosa que no consigo entender bien, ¿la titi y la señora pertenecen a una dimensión extra-terrestre y no aplican las leyes que tenemos? o eso o las reglas de la física tienen algún error... (y de los gordos).

En fin, eso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una duda:

Cuando realizas maniobra de aproximación hasta el máximo posible, lo haces con o sin los abrigos que utilizas cuando aplicas la ley física de Newton...?
Si es así, vamos mal... a menos que veas que la titi tiene cara de cansancio y sea ésta una táctica para 'hacerla amablemente descansar en tu regazo', que maneras de arrimarse... haberlas, haylas (como las meigas).

No siempre hemos de hacer caso de las leyes. Ya se sabe aquello de Hecha la ley, Hecha la trampa...

Por este imprevisto cambio de rumbo de la señora del metro (que tengo el pleno convencimiento que no fue por su voluntad pero tal vez por que la asustaste...)no cejes en tu experimento de seguir arrimando...

Anónimo dijo...

Para mi que el problema esta en lo de los abrigos por dos cosas, por un lado ¿te imaginas lo que tiene que pensar la titi en cuestion cuando se le acerque un bulto de abrigos que anda solo?....no me extraña que salga corriendo y por otro lado ¿te has parado a pensar que el día menos pensado alguno te va a dar una paliza pensando que le quieres robar el abrigo?....y ponte tu a explicarle lo de las leyes de Newton....

Gorilo dijo...

¡¡jajajajaaj!!! ¡¡jojojojojoj!! ¡qué bueno, tron!
¡Oig! Las chicas - como siempre- tienen razón. Si eres de rostro raro, como servidor, deberías cambiar de táctica para ligar.

Te recomendaría chatear, y no se te ocurra quedar con ella hasta que no esté perdidamente enamorada.
Entonces pueden pasar cuatro cosas:
1. Que al verte, se desamore en 3 segundos, como me ha pasado a mí.
2. Que sea la vieja del metro
3. Que sea un señor
4. Que sea una aplicación informática de respuesta automática para mantener a los incautos conectados empachándose de publicidad.

Cuando te desengañes del chateo, recurre a la solución universal: el alcohol. Tómate dos copazos, quítate los abrigos, cree en ti mismo y palante.

A mí me funcionó, y doy fe de ello en mis dos hijos: Martina y Miguel, en honor al Martini y a la San Miguel, que tanto me ayudaron a crear una familia.