miércoles, 1 de octubre de 2008

Viajando en el Metro de Madrid

Habitualmente viajo en metro dos veces al día y por más que repito trayecto y coincido con las mismas personas a las mismas horas y en las mismas situaciones, no consigo quitarme la cara de acelga que se me pone cada vez que éstas se repiten

*.- Estación de Alonso Martínez, Linea 10: todo el mundo se apretuja contra las puertas, convirtiendo esos espacios en un auténtico tetris humano... ahora vas y miras a las zonas entre hay entre vagón y vagón ¿Que ves?, pues ves a cuatro gatos que viajan olgados y sin apretujones. ¿será que nos mola el roce?, ¿será esa barra central (hummm, sé que me recuerda a algo, pero ahora no caigo...)?, ¿por qué no somos capaces de expandirnos para viajar más cómodos? (expandimos las ciudades y no somos capaces de desparramarnos en un vagón de metro).

*.-Cualquier vagón de metro a cualquier hora del dia, una señora embarazada sube y de repente todo el mundo que va sentado cae en la cuenta de que tiene un sueño tremendo, o que se le ha olvidado leer las esquelas del periódico, o mira tú que el techo es liso y no de repujado barroco... el caso es que la señora se queda de pié y el resto del mundo sentado. Vergonzoso.

*.-¿y las señoras que se meten en el vagón petado utilizando la vieja técnica del codo?, un dia se van a llevar una coz...

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