lunes, 7 de octubre de 2013

Sobre la Fiesta de la Bicicleta

Como ciclista aficionado no puedo más que hacer una reflexión sobre la experiencia vivida ayer en Madrid en cuanto a la Fiesta de la Bicicleta, tanto el antes el durante y el después de su celebración.

En cuanto al "Antes", he de decir que en un recorrido urbano de poco más de 6 kilómetros que van desde mi casa hasta el punto de partida pude apreciar un buen puñado de comportamientos arriesgados por parte de los ciclistas que íbamos hacia allí, tres ejemplos:

- saltarse los semáforos por todo el morro y sin mirar ni asegurarse siquiera en lugares de alto riesgo como rotondas grandes (Glorieta de Embajadores) y cruces ciegos... cierto es que hay que tomar ventaja a los coches, pero eso es una cosa y otra muy distinta es jugarse la vida por una imprudencia gorda y evitable.


- dejar a los niños solos en los carriles de tráfico (esto no tiene perdón), sobre todo a los que no tienen suficiente altura para llegar al suelo con soltura y a los que tampoco tienen la fuerza y habilidad para rodar sin caerse ni hacer pronunciadas eses... y si no que le pregunten al conductor del 34 y a los que estábamos por allí cuando una niña se 'tiró' (literalmente hablando) hacia el autobús... (no pasó nada porque el conductor se olió el pastel en cuanto vio el baile de la niña). Una cosa es reivindicar un espacio y otra creerse el rey del mambo... los niños deben circular por entornos seguros y para divertirse, no para jugarse la vida entre el tráfico.

- los grupos de ciclistas están bien, pero cuando circulamos por la calle hay que observar algunas reglas y señalizar las maniobras... no vale eso de 'yo primer y que se esperen los demás'... no dejamos de ser aún más vulnerables que las motos y sobre todo, carecemos de la potencia necesaria para escapar de situaciones complicadas... si queremos que nos respeten debemos respetar también las reglas...

Durante:

- aún no nos hemos dado cuenta que en bicicleta somos un vehículo más y que eso de pararse en seco por las buenas sin avisar ni nada, provoca que los que vamos detrás nos juguemos un tortazo por evitar atropellar a los imprudentes... y me consta que se produjeron algunos alcances (eso sí, sin importancia por la lentitud de la marcha).

-aún no nos hemos dado cuenta que circular con niños requiere especial cuidado y atención a su seguridad y que no vale dejarles a su libre albedrío, hay que arroparles, guiarles y educarles en circulación, ya que de lo contrario provocan situaciones peligrosas.

- aún no nos hemos dado cuenta que si pinchamos, por lo menos tener la decencia de ponerse a un lado de la calzada y no plantar el tenderete en el medio de la vía...

y el Después...

para mí no hubo después, ya que viendo la mala organización del evento de este año y las aglomeraciones que se estaban produciendo, preferí huir hacia la casa de campo, en busca de caminos más tranquilos y menos transitados...

Con todo esto reivindico el uso de la bici en el entorno urbano, pero eso sí, seamos consecuentes con las normas, la seguridad y el respeto a los demás... el mismo que demandamos hacia los ciclistas.

Por lo demás, el día fue luminoso, fresco y perfecto para disfrutar de este estupendo deporte.


Pd: alguno me dirá que el Día de la Bici es para que los niños disfruten de una calle sin tráfico... es verdad, pero en cuanto uno de nosotros (niño o no) se monta en una bici y circula por las calles... ya es tráfico.. y por lo tanto es bueno que se observen normas de circular, señalizar y respetar a los demás... y eso solo fomentará el crecimiento de esta forma de transporte y su respeto por los demás usuarios de las vías.




1 comentario:

La Maripili dijo...

Estoy muy de acuerdo contigo.
Igualmente me pasa con las motos, se cuelan por donde no deben y sin respeto por ellos mismos y su seguridad. El problema de todo esto es que te llevas a alguno por delante e inmediatamente eres tú el culpable por ser el "más fuerte" y el sentimiento de culpa y las noches sin dormir no te las quita nadie.