viernes, 7 de septiembre de 2012

Las Mochilas

Cuando era pequeñito recuerdo que mi mamá me compró una mochila para llevar los libros al cole, no recuerdo el color ni la forma, solo que era grande y pesada. Evidentemente no me daba ni cuenta del valor de semejante utensilio.

Cuando era un adolescente, recuerdo que no podía ver una mochila ni en pintura y me pasé varios años rehuyendo su utilización y posesión, creo que me parecía algo pueril y sin 'glamour'...

Y ahora, después de pasar algunos años más, me doy cuenta de que no dejo la mochila ni cuando me voy al cine (por decirlo finamente), es más, la considero uno de los mejores inventos de la humanidad... ni bolsos, ni riñoneras, ni mariconeras, nada sustituya a la versátil mochila...

¿habré vuelto a la niñez?... que cosas...

2 comentarios:

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

es verdad que hay objetos que fiorman parte de un tiempo feliz e indocumentado, hecho de lápices de colores y rabos de lagartija. Sólo cambia lo que se mete en la mochila. De aquellos libros y tebeos hemos pasado al ordenador portátil, al libro electrónico y al teléfono multipantalla... pero la mochila será siempre la mochila.Un abrazo.

Ana dijo...

jajajajja pues si ves una muchacha por Madriz con una mochila azul marina... soy yo!!!

No consigo apañarme bien con los bolsos ni con las bandoleras ni na, yo soy de mochila! me encanta, ya no solo para el curro, a veces la llevo medio vacía y los findes cuando a veces me obligan a ponerme bolso... puf me falta algo!!

un besote