Me estoy leyendo el libro de Eduardo Mendoza, "El laberinto de las aceitunas" y me he encontrado con esta reflexión que quiero compartir con vosotros:
"...A todos nos cuesta creer que en un instante ya irrecuperable lo apostamos todo a una sola vuelta de la ruleta antes de aprender las reglas del juego. Yo también creí que la vida era otra cosa. Luego se sigue jugando, se gana y se pierde alternativamente, pero ya nada es igual: las cartas están marcadas, los dados están cargados y las fichas solo cambian de bolsillo mientras dura la velada. La vida es así y es inútil calificarla de injusta a posteriori..."
1 comentario:
Creo que las reglas del juego no se llegan a conocer nunca...siempre jugamos a ciegas.
Publicar un comentario