Como Charlot

Hay días que tienes la sensación de que te puede ocurrir algo importante, distinto... que en algún momento sucederá algo que cambie el rumbo de tu vida... y es verdad, esta mañana ha cambiado mi rumbo...  ha sido un segundo, un único instante en el que he soltado la barra para rascarme el cogote y que por azar, coincidencia o una muy mala leche del vagón del metro a éste le ha dado por dar una sacudida... y es que me ha sido imposible agarrarme a la barra... me visto a mi mismo reflejado en el cristal del metro vestido con levita, bombín y un bigotito debajo de la nariz dando saltitos sobre la pierna izquierda, levantando la derecha intentando mantener el equilibrio y finalmente derrapando de espaldas y cayéndome encima de todos los que estaban sentados detrás de mi... ha sido glorioso... un chof chilencioso un plaff blandido, la cara de pánico de la señora que estaba a mi lado agarrándome la chaqueta para evitar el golpe... y los gritos sin ruido de los que veían que me iba hacia ellos... por fortuna no ha pasado nada, pero yo aún tengo una sensación en la cara de sartén al rojo vivo...