Un recuerdo a las víctimas de los atentados terroristas de Madrid, la impotencia ante la brutalidad no tiene consuelo.
Un capón a los gobernantes, porque aún no se sabe la verdad de lo que pasó, por qué se destruyeron las pruebas y porque ninguno tiene el valor de hacer lo correcto, ni los que gobernaron, gobiernan y gobernarán.
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